LA TIERRA EN EL COSMOS- UNA LECCION DE HUMILDAD





JACQUES  COSTEAU - UN EJEMPLO DE INTERES POR LA TIERRA

Viajes a la naturaleza pura

Miembro de la Academia de Ciencias de Francia desde 1988, realizó campañas contra la contaminación y se unió a los grupos que protestaron contra las pruebas nucleares de Francia, efectuadas en la región del Pacífico sur. Un hecho que marcó su vida y que le valió el reconocimiento de los grupos ecologistas de todo el planeta, fue su campaña en favor del medioambiente desde la Antártida hasta la selva Amazónica, sin excluir los océanos. En 1982 junto a su hijo Jean-Michel, realizó una expedición de 11 meses a lo largo del río Amazonas para confeccionar un mapa y estudiar la vía fluvial, una de las más importantes del mundo. Su otro hijo, Philippe, quien también lo ayudaba en sus investigaciones, murió en Portugal cuando el bote que tripulaba volcó. Su afición a las profundidades del océano provienen de cuando era oficial de la Marina francesa cumpliendo misiones en Indochina y observó como los pescadores chinos se sumergían en las aguas -sin equipos de buceo- para capturar peces con las manos.

Para Costeau, la ecología justifica su acción. A base de recorrer los océanos, el explorador ha tomado conciencia de las amenazas que los hombres inflingen a los ecosistemas marinos y a toda la Tierra. En 1960 se subleva contra la inmersión de residuos radioactivos en el mar Mediterráneo, que el General De Gaulle, entonces presidente de la República, interrumpirá. En 1974 crea en Estados Unidos, The Costeau Society, y luego en Francia la Fundación Costeau (convertida en Equipe Costeau en 1992) para promover la protección del planeta y recolectar fondos para sus onerosas expediciones entre sus adherentes (actualmente 400.000).

Director del Museo Oceanográfico de Mónaco entre 1957 y 1988, Costeau es escuchado por los jefes de Estado del mundo entero. Mediante sus intervenciones en la tribuna de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) consigue hacer del Antártico una reserva protegida contra todo tipo de explotación. En 1988 entra a formar parte de la Academia Francesa y no se decide aún a jubilarse: en la Cumbre de la Tierra de Río (Brasil) de 1992 lanza una petición "por los derechos de las generaciones futuras" que reunirá más de 5 millones de firmas. Los medios de comunicación, seducidos de nuevo, lo apodan "Captain Planet".

Un nuevo mundo

Su equipo de submarinistas-cineastas inventa tanteando las técnicas del cine submarino. Dando a conocer un universo de luz y color poblado de meros, ballenas o morsas, la película El Mundo del Silencio que realizan Costeau y el cineasta Louis Malle recibe la Palma de Oro del Festival de Cannes en 1956, y a más de dos millones de espectadores. Rico y famoso, el explorador del mundo submarino dimite de la Marina con el grado de capitán de corbeta y se consagra a las campañas a bordo del Calypso.


Con su mujer Simone, con quien se casa en 1937, y sus hijos Philippe y Jean-Michel, el comandante Costeau acoge a bordo a científicos de las más diversas disciplinas -geólogos, geofísicos, biólogos, zoólogos, arqueólogos, ecologistas- y explora cada temporada el mar Rojo o el Saint-Laurent, el Antártico o la Amazonia. De estos periplos nacen una cincuentena de libros, dos enciclopedias, varias películas y sobre todo un centenar de documentales que las televisiones de todos los países se quitan de las manos. Lo que el gran público conoce de la vida de los océanos se lo debe a la pasión de Costeau.

Para filmar y trabajar bajo el mar, construye pequeños "platillos submarinos" y más tarde bases submarinas. En Precontinente III, sumergido a 110 metros a la altura del cabo Ferrat, seis "oceanonautas" trabajan durante varias semanas respirando una mezcla de helio y de hidrógeno, ahorrándose los problemas de las sesiones de descompresión indispensables al salir a la superficie. Por el contrario, el Argyronète, su proyecto de submarino de concepción revolucionaria financiado por Francia, fracasa en 1972. Costeau no es infalible... De hecho, algunos critican su autoritarismo, o la explotación comercial de las expediciones en detrimento del conocimiento científico.

Sus obsesiones

"Hay que preparar a la Tierra para que aloje a 10.000 millones de personas en los próximos treinta años. Si no lo hacemos, esto se termina". La creciente contaminación de los mares, pero sobre todo, la superpoblación mundial fueron los dos grandes desvelos de Costeau en sus últimos años. En su estrategia de supervivencia, proponía la conquista de los desiertos, y el uso de métodos modernos para crear nuevas selvas y favorecer los cultivos.

El Calypso

Pero su carrera comenzó en realidad cuando un fabricante de cerveza irlandés patrocinó un viejo buque británico removedor de minas. Nacía el popular barco científico Calypso.
El primer viaje del Calypso fue en 1951: desde Marsella navegó hasta el Mar Rojo, a buscar un navío romano hundido en el siglo II antes de Cristo.

Sus travesías por mares, ríos y lagos, incluyeron recorridos por el Amazonas, las Galápagos y el lago Titicaca. Las expediciones quedaron registradas en más de 150 documentales y unas 60 publicaciones.
De las películas y series televisivas, se destacan dos premios Oscar (en 1960 y 1965) y la Palma de Oro ganada en Cannes, en 1956, con el documental "El mundo del silencio", dirigido por Louis Malle. Su fama se agigantó con la popular serie "El Mundo Submarino de Jacques-Yves Costeau", filmada para cadenas estadounidenses en 1965.
El Calypso zozobra en el puerto de Singapur el 8 de enero de 1996, inmediatamente, Costeau lanza una suscripción para construir el Calypso II, que debería salir al mar a finales de 1998 bajo la dirección de su segunda mujer. Lamentablemente, Costeau no puede presenciar el lanzamiento de esta embarcación, ya que el 25 de junio de 1997 a la edad de ochenta y siete años fallece, constituyendo este hecho una de las pérdidas más grandes dentro del mundo científico y ecológico.

Luchador hasta el final
En una de sus últimas entrevistas, el investigador sostuvo que "la humanidad probablemente ha perjudicado más a la Tierra en el siglo XX que en toda la historia humana anterior". Así de tajante y radical en sus opiniones era este fotógrafo y explorador que en 1945 creó el Grupo de Investigadores Submarinos de Toulon, que fue director del Museo Oceanográfico de Mónaco y a hasta su muerte fue secretario general de la Comisión Internacional para la Exploración Científica del Mediterráneo.
El hombre del gorro rojo también puso su notoriedad y su relación con los dirigentes de numerosos países al servicio de la ecología, para proteger la Tierra, los océanos y las especies vivas de las "locuras asesinas de nuestro tiempo".

El "Capitán de los océanos", como lo llamó el periódico Le Monde, había acuñado una frase célebre que resumía su visión del mundo: "En la vida sólo hay dos líquidos vitales: el agua y el dinero, y uno tiene que aprender a saber usar ambos con cautela".
Actualmente el instituto Costeau esta bajo la dirección de su nieta, Alexandra que afortunadamente ha continuado con el legado de su abuelo desde su sede de Mónaco.

fuente: http://www.viajeros.com



2 comentarios:

  1. Sí, yo siempre fui un gran admirador del maestro Jaques Cousteau hasta su muerte el 25 de junio de 1997. Otro señor, de su talla, es muy dificil que aparezca, en breves tiempos, sobre la faz de la tierra. Fue un hombre único. No hay quén lo imite. Fue un hombre desinteresado por el bién de la Humanidad. Paz a su alma. Saludos, Francesco GIRARDI desde Venezuela.

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  2. Magnifico documento , realmente muy instructivo
    gracias

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